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If This Was a Movie

Capítulo 22
El sueño nocturno.

Después de haber visitado el Marble Arch, todos fuimos a un descanso en el Hyde Park -el cual era un lugar muy encantador- Su denso follaje y sus largos y extensos pastizales verdes, lo hacian un magnifico lugar para descansar (y el más cercano).

Tomé asiento bajo la sombra que ofrecía un árbol -y como costumbre- Pierre se sentó a mi lado.

—¿Qué me dices de lo de ayeg? —preguntó inesperadamente Pierre.

—¿A qué te refieres con lo de ayer? —eché un mechón de mi ondulado cabello detrás de mi oreja, y lentamente enrollé mis piernas con mis brazos.

—Mmm... A lo del númerfo del chico.

Me sorprendí con aquella pregunta que, de un momento a otro mi corazón palpitaba a mil por hora.

—Ya veo —contesté—. ¿Exactamente que es lo que quieres saber? Digo, no es por ser grosera pero ahí no hay nada que te importe. ¿O sí? —lo miré discretamente por el rabillo de mi ojo.

Él zangoloteó su cabeza, y la piel de suus mejillas se tornaron de color. Quizá era el sol, tal vez un efecto por algo, pero si no había sido por eso entonces quería saber porque.

—Tienes gazón —disminuyó su tono de voz—. Crgeo... crgeo que, nada —bajó su vista al suelo.

¿Acaso había sido dura con él? Solo quería saber porque le interesaba eso si ayer no tomamos palabra de ello. A veces todo esto era complicado, confuso. Me relaje y recargué mi espalda en el tronco del árbol.

—Sabes que era un <<juego>> ¿no? —dije con voz inocente.

—(tn)i realmente no me quiergo meteg en tus asuntos —se giró dandome la espalda.

—Vámos Pierre ¿no sabes como llevar una broma? —empecé a sentir nerviosismo, de repente la idea de que no me hablara se había vuelto horrorosa.

—Irgé con Damien —dijo y se levantó poniendo parte de su peso en el tronco del árbol.

—Pierre... —lo agarré de la muñeca—. ¿Te molesto lo qué dije?

Pierre tomó con delicadeza mi mano y la retiró de su muñeca, seguía sin decirme nada, nisiquiera volteaba para que pudiera verle su rostro.

—Lo siento. Sí te dije algo que te lastimo o te molesto en algún momento disculpame, pero por favor hablame —dije a modo de suplica.

Él se giró con una semi-sonrisa para verme, traté de imaginar sus siguientes movimientos o pensamientos, no conseguí nada; subió su mano hasta mi rostro acariciando mi mejilla, me miraba con tanto aprecio.

—(tu nombre) nunca podrgía enojagme contigo, aunque quisierga simplemente no puedo; aparte no hay gazón alguna para aceglo —paso la mano que acariciaba mi mejilla por detrás de mi cabello enrollando mis hombros y caminamos juntos hacia donde se encontraba Damien y Kelly.

—Pag de togtolos lamento interrgumpiglos pero tenemos dos lugares más que recorrgeg y no hay mucho tiempo.

Cuando pasamos toda la tarde conociendo el Kenington Palace y el Albert Hall, regresamos al hotel bastante cansados. Al llegar estuvimos platicando en el lobbi antes de irnos a nuestras respectivas habitaciones.

—¿Entonces mañana que haremos? —preguntó Kelly, quién estaba sentada al lado de Damien.

—Irgemos a Madame Tussaud's & The London Planetarium, después pasaremos a la Telecom Tower, luego al Buckingham Palace y al final al Trafalgar Square —explicó Pierre.

—Pero cada lugar queda demasiado lejos, uno de cada uno, ¡No veremos mañana todos! —dije con voz acelerada.

—Lo sé —dijo sin preocupación—, pero lo podemos intentar —me guiño el ojo Pierre.

Amaba el optimismo de Pierre, pero en cierta forma el tenía la razón, no perderíamos nada con intentar.

Me encontraba con alguien... no logró distinguir quién es. ¿En donde estaba?
Había un río a mi lado derecho y creo que, estabamos a varios metros lejos del suelo. El viento soplaba fuerte, podía ver casi todo Londres <<British Airway London Eyes>> decía en el letrero, supongo que nos encontrabamos ahí; la gran rueda giratoria en una ritmo para enamorados. Volteé hacia el lado en donde se encontraba mi acompañante y era Justin.

Oh por Dios! Realmente era Justin.
Tenía que asegurarme que era real, no solo una ilución creada por mí. Con mi mano rocé su tersa mejilla, era exactamente igual como la recordaba.

—Ángel, mira allá —señalo emocionado el Big Ben—. Desde aquí se puede ver —tenía esa sonrisa risueña con él, como solía ser.

Me sentí tan alegre, con tanta felicidad explotando en mí; decidí olvidar lo que me había hecho, sabía que lo extrañaba y podía ser una tonta por perdonarlo pero esto que sentía con él, nadie lo igualaba. Las lágrimas salían de felicidad, podía sentir mi corazón latir más fuerte que nunca, por un momento creí que rompería mis costillas.

—¿Justin eres tú? —tomé su rostro en mis mosno y se lo pregunte tan acelarada que ni pude tomar una bocanada de aire—. ¿Realmente eres tú? —gorgojeé, y sin pensarlo choqué nuestras frentes, quería tenerlo tan cerca de mí como pudiese. Quería aspirar su aroma hasta embriagarme de él; amarlo hasta morir.

—Ángel ¿Qué cosas estás diciendo? Claro que soy yo.

Subí desesperada mi vista para poder observar sus hermosos ojos que tanto extrañaba y vi en cambio unos ojos color miel.

—Cambió de planes nena —dijo con voz (fría)

Los sentidos en mi interior se congelaron, me quede inmovil.

—¿Pierre? ¿Qué haces aquí? ¿En dnde esta Justin? —gorgojé mientras que el estómago se me encogia.

—Él no regresará —dijo en tono confidencial.

Eso me asustó, quería llorar y era muy tarde para tranquilizarme. Toda mi piel se había puesto de gallina, temblaba como un vibrador y me costaba respirar.

—No... no puede ser —disminuí mi tono de voz.

—Pues ve creyendo eso —musitó.

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