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If This Was a Movie

Capítulo 4

Estuve la noche entera esperando una señal de su llamada, no quería parecer urgida o algo por el estilo, sólo que... algo me decía que ese chico no quería mi numero para un amigo, si así fuera, entonces sufriría una gran decepción. Pero no llamo.

La mañana estaba increíble, era un muy buen domingo. Esta vez no trabajaría y disfutaría mi descanso. Hice la rutina matinal diaria y me dirigí a la cocina en donde me encontre con mamá.

—Buenos días mami.

—Buenos días cariño, ¿Quieres desayunar?

Asentí. Inmediatamente mi madre me trajo una taza de café y unos hot cakes (panques).

—¿Cómo te fue en esta semana? —le dio un sorbo a su café.

—Bien, igual que siempre supongo —me encogí de hombros—, Aunque... ¿Y papá?

—Oh Dani, lo siento. ¿No te dije verdad? Tú padre no vendrá este fin, le surgió algo y regresará hasta el próximo.

—Oh... —mi vista estaba fija en los hot cakes, los cuales aún seguían calientes y podía observar el vapor saliendo de ellos—, ¿Qué tal te fue a ti?

—Bien igual que siempre, cuidando niños —me guiño el ojo—, suena como una trabajo fácil, pero creeme, no lo es —se sento firme en su silla.

Platicamos un poco más, después de todo ambas teníamos el día libre.

Cuando terminamos recogimos todo y comenzamos a hacer la limpieza. Yo barría y trapeaba, mientras mamá lavava la ropa y recogía la cocina. Hacer la limpieza general nos llevaba casi todo el día completo pero juntas era más rápido. Al terminar siempre nos reuniamos en el sofá y descansabamos un poco.

—Dani, tu hermana vendrá el martes —dijo inesperadamente mamá—, Quería venir a visitarnos, tu sabes, estar en Paris sola creo que ya no le agrada.

Sí, lo olvide, tengo una hermana, a la cual odio. Diana, tiene veinticuatro años. Ella se fue a vivir a europa después de que cumplió la mayoría de edad, a sus veinte y un años. La verdad a mi nunca me molesto la idea de: ella lejos y yo feliz. Sólo que era un poco injusto que ella pudiera marcharse y yo no.

Respecto a lo que mi madre había dicho, siceramente no creo que ella este completamente sola allá, deseguro ya tiene a alguien. No la quería aquí, siempre me hace la vida imposible y hay una cosa más por la cual la odio, pero no quiero entrar en detalles.

Mis días parecían comenzar a mejorar, con eso sólo retrocedio el medidor y bajo demasiado.

—¡Genial! —bisbisé fingiendo una sonrisa exagerada—, Ya la extrañaba.

Mi madre sonrió y me dio un corto abrazo.

—A Diana le agradará saber eso —dijo alegremente y se retiro de ahí.

Me levante del sillón y fui a dar una vuelta al parque.

En la salida me encontre a mi vecina, Michelle. Ella vive a dos casa después de la mía. Por desgracia no asiste a la misma escuela que yo. Es una gran chica y una de mis mejores amigas.

—¡Hey Mich! —grite levemente y me apresuré para llegar hasta ella— ¿A donde vas? Creí que habías ido a algún lugar de vacaciones.

Se río. —Sí, fui a Hattershage, ayer regrese. Y voy al parque ¿Y tú? ¿gustas venir?

—¡Oh, que bien! Yo voy al mismo lugar que tu, así que sí, acepto ir —me reí y le di un fuerte abrazo.

Extrañaba a Mich, la conozco desde hacia tiempo. He vivido, practicamente toda mi vida con ella. Al principio debo admitir que no le quise hablar, pero después fuimos las grandes mejores amigas, hasta ahora.

Mich me fue contando en el camino como le fue en su viaje, yo iba atenta a todo lo que decía.

—Así que... ¿No hubo ningún chico? —le pregunte.

Si hubiera uno, su viaje habría sido como el de una pelicula.

—No. Había muchos chicos guapos, pero no le pude hablar a ninguno, sabes que soy muy penosa en ese sentido —voltee a verla y estaba cabizbajo. Tal vez ocultaba su pena, pero conmigo no había de que preocuparse.

—Mich, no te preocupes. ¿Que te parece, si para las próximas vacaciones de verano vamos juntas a Paris? —le sugerí animada.

—¿Solas?

—¡Sí! Al menos que no lo quieras...

Ella comenzó a reírse. —Dani, tú sabes que nunca diría que no a un viaje contigo, mucho menos a Paris.

Se paso increíblemente rápido la tarde. De regreso nos fuimos juntas, la deje en su casa y me fui a la mía. Antes de despedirme ella me dijo que me llamaría.

Cuando llegue a mi casa me encontré con mi madre, ella hablaba por telefono con alguien, así que decidí ir a mi cuarto.
Me recoste en mi cama y dirigí mi vista al techo.

Me encontraba pensando en vastantes cosas fútiles. Como... ¿Alguna vez podré abrile las puertas al amor de nuevo?
Quería sólo acostarme en el pasto a medianoche, con luna llena, mirar el cielo brillante pintado con estrellas. Disfrutar de la brisa nocturna, oír la filarmonica de los grillos tocar y ver las luciernagas pasar. ¿Cómo sería hacer eso con la persona que amas?
Inmediatamente borre el pensamiento, no quería amor en mi vida, no por ahora. En eso mi celular sonó, sin pensarlo inmediatamente conteste, sabía que era Mich.

—Aloo Yo aquí, ¿quien allá? —dije en el mismo tono de siempre, con el que hablaba con Mich.

—Em... —dijo la persona del otro lado del telefono.

Cuando pronuncio el "Em..." me di cuenta que era una voz masculina, Mich no podía ser. Me aleje el celular y me quede con los ojos en blanco, cuando lo acerque nuevamente para contestar me había colgado.

¡Oh chirriones! ¿Por qué tuve que contestar así?

En lo que discutia nuevamente conmigo misma sono el celular. Lo tome con velocidad y conteste.

—¿Mich? —pregunte dudosa.

—Sí, ¿o esperabas la llamada de alguien más? —dijo sería—, ¿A none ta Dani? —dijo después a risas y en un tono que nosotras comprendiamos, mas o menos como el de un bebé.

—He he, no, no esperaba a nadie —aleje mi nerviosismo y seguí el juego—, ¿A none ta Mich?

Eso último salió sin ganas, me sentía un poco mal. Quería colgar y descansar un poco, aclarar mi mente, pero sería grosero de mi parte.

—Dani... ¿Qué tienes? —me pregunto preocupada.

—Nada Mich, sólo... —suspiré, quería buscar las mejores palabras—, Quiero descansar, ¿te veo mañana?

—Si claro, no hay problema por mi, yo te voy a buscar al trabajo.

—Gracias, adiós —dije sin ánimos.

—Bye —ella aún seguía preocupada.

No me gustaba que ella estuviera preocupada, menos por mi, mañana le contaría que pasa, si es que yo misma se que pasa. ¿Sentía una gran decepción por qué me colgó el chico -él cual acababa de conocer-? Era y hasta sonaba completamente absurdo. Yo era absurda. Me acerqué más a mi almohada y sólo cerré unos minutos mis ojos para olvidar lo absurda que era.

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