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If This Was a Movie

Capítulo 21

La bicicleta.

Mi aclamado fin de semana había llegado. Después de todos los exámenes que hubo, al fin tuve tiempo para salir con Justin. Como algo típico de él, no me quiso decir que haríamos o a dónde iríamos.

Tenía puesto unos vaqueros ajustados con una blusa roja de tirantes, también unos zapatos de meter al color.

Con quince minutos de antipación oí el timbre sonar. Bajé corriendo y abrí la puerta.

—Justin ¿por qué llegaste antes?

—Vaya. Si no querías que viniera, entonces no hubiera hecho todo lo que hice —me miró triste.

—No, no claro que quería que vinieras, es sólo que llegaste antes y me tomaste por sorpresa —le di un corto beso en su tersa mejilla.

—Te ves hermosa.

Sus palabras, especialmente sus cumplidos, siempre me sonrojaban y esta no fue la excepción.

—Entonces ángel ¿partimos ya?

—A donde quiera que sea yo te acompañaré.

Él tomó mi mano entrelazando nuestros dedos, al mismo tiempo que me sonreía -y me tentaba a besarlo-.

Subimos al carro y partimos al lugar desconocido, o bueno, al menos para mí.

—¿Entonces que te apetece: estár bajo el cálido sol o en lugar cerrado? —le pregunté tratando de averiguar más acerca del lugar al que iríamos.

—Buena esa ángel, pero no caeré —tomó mi mano acariciandola—. Es... como todo lo demás. Una sorpresa.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —fingí no entender nada.

—Tú sabes muy bien que —me miró por un segundo y regreso la vista al frente—. No te diré que haremos. Ni una pista.

Me rendí como las veces anteriores ¿Qué caso tenía intentar si nunca me dirá? Era mejor disfrutar el viaje, así lo haría. Me relaje en el asiento del copiloto dejándo mi cuerpo suelto.

Después de recorrer varios kilómetros por la cuidad, pude visualizar un parque en donde se rentaban bicicletas dobles.

—¡Ajá! Iremos al parque ¿cierto?

—¿Eso crees? —alzó la ceja y lo dijo en un tono me que hizo dudar.

—Yo se que sí —retomé mi seguridad.

—Piensa lo que quieras ángel —se encogió de hombros—. Después de todo, yo soy él único que sabe a donde vamos.

Odiaba encontrarme en estos momentos, en los cuales Justin no quería decirme -ó aceptar- a dónde ibamos.

Él estacionó el carro y bajamos. No tenía ganas de caminar, y menos ahora que no iríamos a las biciclestas, no sabía si quiera a donde ibamos. Caminamos un poco en dirección al parque, pero luego nos desviamos hacia un McDonald's.

—Oh no por favor —supliqué—. ¿Es una broma?

—No lo es, puedes tenerlo por seguro.

—Justin tú sabes que en el verano trabajé en uno. Odio decirlo pero... No me quedaron ganas de volver a comer una hamburguesa de ahí nuevamente.

Pude escuchar indicios de una risa proveniente de Justin, lo cuál, me molestó.

Cuando llegamos a la puerta, giramos en dirección opuesta yendo a una pastura no muy lejos del parque.

—¿Qué hacemos aquí? Creí que comeríamos allí —señalé el McDonald's.

—Em... no, no está en los planes pero si quieres podemos ir.

—¡No! Está bien —me exalté un poco.

De repente, Justin me tomó por el abdomen y con la otra mano me cubrió mis ojos.

—¡Justin sueltame! No es gracioso —le ordené.

—Cuando veas porque lo hice ya no dirás eso —me advirtió.

Y sí, tenía razón. Cuando me descubrió los ojos estaba un chico sosteniendo una bicleta doble. Nunca antes Justin me había decepcionado, y ahora tampoco lo hizo.

—¿Una bicicleta boble? —pregunté con ternura—. Justin... es algo único.

—Lo sé. Sólo trato de darle al único ángel de este mundo, algo único y especial, algo que recuerde por una eternidad. ¿Sabes por qué? —negué con la cabeza—. Porque se lo merece, eso y más, mucho más.

Mi limite de aguante se rompió. Me avalancé a sus brazos y lo bese de forma indefinida, con mucho sentimiento explotando de mí. No me cansaba de sus besos y no lo haría nunca.

—Pero porque no fuimos al parque como los demás?

—Por qué entonces ya no sería especial —me dio un corto beso en los labios.

Él definitivamente es el hombre perfecto. Se que siempre voy a contar con él. Yo le puedo contar todo, ya que no sólo es mi novio, si no también mi amigo. Con Justin paso los mejores momentos de mi vida y con ellos los mejores recuerdos. ¿Qué había hecho para merecerme al mejor hombre del mundo? Cualquier cosa que fuese, no me gustaría por nada cambiarlo, no soportaría perderlo.

—Ángel ¿quieres subir primero? —me tomó de la mano.

—Por supuesto —me acerqué a él y le quité un poco de mi brillo que se había quedado en sus labios.

—Te amo —me susurró en mis labios—. Te necesito tanto.

Recorrimos juntos el parque.

Ya que no faltaba mucho para el invierno, por cada lugar que pasabamos estaba lleno de hojas con tono anaranjado, tanto como las que caían, adornaban el lugar con su color muy otoñal. Esa tarde fue la mejor. No, corrección, todos los días a su lado son los mejores.Justin sabía como manejar las cosas a la perfección, siempre todo a su tiempo; nada antes, nada después.

Tomamos un atajo el cual nos llevó a un hermoso picnik ya montado. Era realmente hermoso cada detalle que él perfeccionaba para mi. Al terminó de la comida-cena, nos acostamos en el mantel y observamos las estrellas, platicando y amandonos.

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