image1 image2 image3

HOLA SOMOS SUMMER NOVELS|BIENVENIDOS A NUESTRO BLOG|AMAMOS HACER NOVELAS|VISITA NUESTRAS NOVELAS

If This Was a Movie

Capítulo 17
El primer beso nunca es el mejor.

El timbre de la puerta resonó por mi casa. Ya se había vuelto tan tipico escuchar aquel sonido, el cual me hacía saber que Justin había llegado.
Apenas llevabamos dos semanas saliendo.

Debo admitir que, la primera semana, después de la primera cita, no habíamos salido. Esta probablemente sería la cuarta cita, muy pocas para llevar dos semanas de noviazgo.

El lunes comenzarían las clases, yo ya había dejado de trabajar, ya que, esa era una de las razones por las cuales no tenía citas con Justin. Una parte de mi tenía miedo de regresar a clases, la otra ansiaba eso más que nada. Este año no asistiría a mi antigüa escuela, ahora iría a DSA. Mi gran sueño a futuro es convertirme en una gran escritora como Millie Perkins, ella es grande.

Cuando llegué a la puerta estaba muy feliz.

—¡Justin! —lo abracé—. ¿Quieres pasar?

—Em... no gracias. Creo que será otro día.

—¡Por favor! Vámos —lo jalé de la mano—. Yo creo que será hoy.

—Yo creo que... si te hace feliz, lo haré —me acarició la mejilla.

Sólo me reí torpemente y lo dejé pasar. No había estado el tiempo deseado -como quisiera- cerca de él. Pero... había algo más. Debo confesar que, me aterraba la idea de que cuando comenzaran las clases Justin podría olvidarme. Mi corazón se agito con el pensiento. Yo ya no estaba para sufrir más rompimientos de corazón, no es como si este fuera un puzzle, y alguien fácilmente pudiera volverlo a armar cada que se desarma.

—Justin...

—¿Qué paso ángel?

—Yo... yo —me aferré a su playera.

Supongo que él no sabía que estaba sucediendo, él se encontraba preocupado, pero ¿qué sucedía conmigo? Había una lucha interna, dos partes pelando por causas diferentes, pero con él mismo final.

Lágrimas caían, mi vista se nublo y mi cabeza empezó a punsar por retener el llanto.

—(tu nombre), hermosa ¿qué pasa ángel mío? —me tomó de los hombros para verme mejor.

—Pensaras que es algo tonto, o peor, pensarás que soy una paranoica o tonta, pero... ya comenzará el nuevo ciclo escolar —finalmente dije, un poco acelerada.

—Eso ya lo sé —me sonrió y beso mi frente—. ¿Qué hay con eso?

—Bueno es que yo... yo, tengo mi-edo a que te olvides de mí —gorgojé por el llanto.

Él abrió sus ojos de par en par, así como si hubiera acabado de decir algo prohibido, o alguna mala palabra.

—¡¿Qué dices?! ¡Ángel mío, yo nunca te voy a dejar! Ni te voy a olvidar. Mucho menos voy a hacer algo que te lastime —disminuyó su tono y me miro seductoramente—. ¿Y sabes por qué? —comenzamos a retroceder.

Yo negué con la cabeza.

—Por que te amo —susurró a mi oído.

Si había algo que amará más que a los chocolates, era que Justin me susurrara eso al oído. Su forma de hacerlo era única, tímida pero sensual y sin ningún roce más que el de su aliento.

Comencé a respirar con dificultad, eso era normal cuando tenía a Justin frente a mí. Su efecto que causaba en mi no era normal, sobrepasaba los límites usuales, tal vez esa era una razón por la cual esto funcionaba a la perfección, y esa era porque nada de esto era normal, era diferente. Especial.

Acerqué mi rostro aún más al de él, nuestros labios se rozaban.

—Justin, besame! —le rogué.

—No puedo ángel —susurró en mis labios.

—¿Por qué no?

—Porque... —se alejó de mos labios y de mi—. ¡Tenemos un día largo y muchas cosas que hacer! ¿Lo recuerdas? —me sonrió.

Oh, claro que lo recordaba, es solo que creía que podía hacerlo olvidar. De mala gana subí a mi habitación, me cambie y bajé con Justin.

—Ya podemos irnos —me crucé de brazos y rodeé los ojos.

Justin por su parte, solo mantenía una gran sonrisa en su rostro.

Después de hacer varias cosas,Justin me llevó a una heladería. Nos sentamos a comer nuestros helados, y de un momento a otro el me miraba fijamente.

—¿Tengo algo? —pregunté aflijida.

Justin enarcó sus cejas sorprendido.

—Tienes helado aquí —señaló la parte inferior izquierda, de la comisura de su boca.

Traté de quitarmelo con la servilleta sin que se viera como un acto desesperado, después le pregunté a Justin:

—¿Ya se quitó? —me giré para que él pudiera apreciar mejor ese lado.

—Em... no. Aún tienes —hizó una mueca.

Y después de tres intentos fallidos me dí por vencida.

—¿Quieres que te ayude? —preguntó Justin alzando la servilleta.

Asentí. Él delicadamente se acercó lo suficiente a mí y por un momento creí que limpiaría el helado con la servilleta, pero no fue así. Paso su lengua suavemente por el final de la comisura de mis labios, haciendome delirar, y luego me beso de una forma tan apasionada, como nunca me imaginé que me besaría.

Ese beso hubiera sido perfecto si solo Justin no se hubiera embarrado mí helado al hacer su acto romántico. Pero sería un recuerdo con el que ambos reíriamos después.

Share this:

CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario