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If This Was a Movie

Capítulo 11

La primera cita.

La primera cita a veces no puede ser exactamente lo que piensas. Hay veces en las que son tan magnificas que no puedes creer que sea real. Que solo puedesn ser de pelicula.

Bueno, por suerte la mía fue la perfección definida.

Después de esa tarde a la orilla del mar, Justin , al día siguiente me llevo a lo que sería nuestra primera cita.
Estaba tan emocionada. Aún seguía sin creer lo que paso ayer, luego venía el con esto. Definitivamente me encontraba en un sueño del cual no quería despertar.

Se escucho el timbre sonar hasta mi habitación. Apresuradamente baje por las escaleras y antes de que alguien más pudiera hacerlo, abrí la puerta.

—¡Justin , llegaste! —pusé mis brazos al rededor de su cuello, él correspondió y rodeó mi cintura con su brazo. Le di un beso.

—La dirección estaba complicada, tengo que admitirlo, pero llegué mi ángel —volvió a unir nuestros labios en un profundo beso.

Simplemente me volvia loca la forma en la que él me llamaba, "mi ángel", la amaba. Cada vez que oía decirlo decir eso, me daba ganas de besarlo y nunca dejarlo ir, al mismo tiempo me hacía sentir como uno, un ángel.

—Te adoro —puse mis manos en su rostro.

—Yo más. Es por eso que te preguntaré si ya estas lista —me sonrío y pego nuestras frentes.

—Más que lista —me acerqué un poco más a sus labios, pude ver que él cerraba sus ojos y me alejé corriendo a la escaleras—. Voy avisarle a mi mamá que ya nos vamos —le guiñe el ojo.

Él se quedó ahí parado con una mirada de desconcierto.
Yo, por mi parte, fui a mi habitación a colocarme un pantalón morado (http://www.polyvore.com/date/set?id=42195492). La blusa era perfecta así que me la deje. Justin no había querido decir absolutamente nada de la cita, así que me dejaba en blanco al respecto. Lo único que dijo fue que no sería tan formal.

Cuando baje el estaba parado justo en donde lo deje. Se veía tan tierno mirando el piso.

—Justin —dije dulcemente, baje el último escalon—. Ya podemos irnos.

Él al instante que me vio se quedo asombrado. No decía nada, pero su vista fija en mi lo decía todo.

Extendió su mano, yo la tomé, me acercó a él y justo cuando me tenía como el quería, -con mi corazón acelerado, mis nervios de punta y muy pegada a su cuerpo— susurró en mi oído—.(tu nombre) Te ves hermosa.

Cuando Justin estacionó el carro me besó y bajó primero para abri mi puerta.

—Por favor señorita —me dio su mano, yo le seguí el juego.

Caminamos dentro del Parque Centenario como la realeza. Por dentro, moría de risa, la sola idea de pensar en lo que hacíamos me volvía feliz, él me hacía feliz.

—¿El Parque Centenario, eh? —arqueé mi ceja manteniendo una sonrisa.

—Así es. Pero hay más.

A mi no me importaba el lugar al que fueramos, lo único que me importaba era que a donde fuera mientras él estuviera conmigo, todo iba a ser perfecto.

Apreté un poco su mano y me recargué en su brazo.

Estaba dispuesta a disfrutar al máximo este día, pasará lo que pasará, nadie me quitaría este momento.

Fuimos a comer. Al verlo me reía, él hacia graciosas muecas y me repetía: "Perdón por tener que compartir la intimidad de nuestra cena con lo visitantes." Después de eso platicabamos.
Lo que él no sabí era que no compartiamos del completo nuestra cita, ni mucho menos me desagradaba el ambiente. Cada pareja o grupo estaba profundamente sumergido en su mundo y momento al igual que nosotros.

Justin me miraba impaciente mientras caminabos por el Lugar, eso me intrigaba mucho.

—¿Qué pasa? —le acaricié su mejilla.

Él me sonrió. —Apenas comienza la noche.

Me jaló de la mano y salimos corriendo. En el camino solo podía reír, y es que, a las siete de la noche eramos los únicos que corrían como locos ahí.

—Justin ¿a donde vámos? —jadeé.

—Tranquila ya verás.

Y paramos freneticamente frente a la pista de hielo. La observé asombrada. Tuve más de quince ideas de lo que podía estar planeando para esta cita, pero nunca se me ocurrió patinar.

—¿Qué te parece? ¿Quieres ir a patinar un rato my Lady? —extendió su mano y nuevamente nos encontrabamos jugando este juego.

Tomé temerosa su mano.

—¿Que pasa? —enarcó sus cejas asombrado.

—Es que... no se patinar —bisbisé.

—Oh... ángel —tomo mi mentón para qué subiera mi vista—. No te preocupes por eso, es lo de menos. Yo voy a estar allí para ayudarte —me apretó hacia el en un acogedor abrazo.

—¿Para siempre?

—Justin, yo siempre voy a estár para ti cuando más lo necesites. Para siempre, por siempre —besó mi mejilla—. Ahora vámos a patinar —me tomo de la mano y me llevo allá.

Después de que Justin me ayudó a amarrar los patines, y, de que mis nervios se apoderaran de mi ser, nos encontrabamos en la pista.

—Tranquila, no tienes nada de que temer, no te dejaré caer —afirmó.

Las canciones románticas somaban al fondo de los altavoces. Sabía que Justin me había traído aquí para patinar, como naturalmente lo hacian las otras parejas. Por desgracia, nosotros no patinabamos en pareja. Justin seguía tratando de enseñarme a patinar. Por un lado, la culpa remordía en mi interior, quería pedirle perdón por arruinar su magnifica cita. Por el otro, no sabía exactemte como hacerlo.

—Justin —comencé—. Perdón por arruinar tu cita —agaché la cabeza.

Él se acercó y me abrazó.

—¿De qué hablas? No es mí cita, es NUESTRA cita —retiro un mechón, -de mi ondulado cabello- de mi rostro, pasandolo detrás de mi oreja—. Además, tú no estás arruinando nada —me sonrió.

Aunque hubiera dicho eso, en mi interior seguía sintiendo esa culpa.

—Pero... es que, nosotros no estamos patinando en pareja como los demás o simplemente patinando normal, como ellos —señalé con la vista a una pareja que iba pasando.

Justin colocó su mano derecha en su barbilla, mientras que mantenía la izquierda cruzada en su pecho.

—Ángel, eso se puede solucionar. Si lo que quieres es patinar lo podemos hacer —inesperadamente me tomo por la cintura y me pegó a su pecho.

Desde este punto, podía sentir el latir de su corazón. Este, al igual que el mío, estaban acelerados. Eso me hizo sonreír. Me pegué aún más a él y disfruté su compañía, su amor que me proporcionaba.

Al final de la noche, cuando creí que todo había terminado, Justin me llevó a la fuente de Los Anillos en el famoso Centinnel Olympic Park (http://farm6.static.flickr.com/5058/5465098412_abb3be6e81.jpg) La fuente, en esta increíble vista noctura se veía majestuosa. Cuando la vi por primera vez desde que me bajé del auto y llegué me quedé absorta en ella.
Los focos de colores que tenía, hacía que la fuente tuviera esa hermosa vista.

Cuando nos acercamos más se podía sentir la leve brisa.

—Es... simplemente hermoso —dije en suspiro.

—Lo sé, esa fue una de las razones por la cual te traje aquí —sentí sus brazos al rededor de mi cintura, luego du barbilla recargada en mi hombro—. Pero es una sorpresa que no la hayas visto antes.

No observaba su rostro, pero sí pude imaginarmelo. Yo en cambio, sabía que mis mejillas estaban coloradas, era una ventaja que él no me viera. Aunque tenía razón. He vivido en Atlanta por diecisiete años y nunca había venido aquí.

—¡Justin , vámos! —lo jalé de mano dentro de la fuente.

Al entrar al contacto con el agua, mi piel se estremeció de lo fría que estaba. Mi cabello se empezó a mojar, mi ropa y rostro ya estaban muy mojados, al igual que Justin.

—Ángel mío, ¿recuerdas que son las once de la noche, verdad? —dijo a carcajadas.

—Por supuesto que lo sé —me reí—. Además ¿no es divertido? —añadí.

—Claro que sí, pero terminarás mojada y no quiero que te enfermes —inesperadamente me tomo de la cintura y me atrajo a él.

—Justin —me giré para poder verlo—. Sé que esto es muy precipitado,y se que no es la primera vez que te lo digo, pero también sé el gran valor y significado de lo que te voy a decir... así que sí, te lo voy a decir —tuve una ligera sospecha de lo que me iba a decir, así que no fue sorpresa mi nerviosismo apoderandose de mi—. (tu nombre), yo... Te AMO.

Puse los ojos en blanco. Sabía que tal vez era esto lo que me quería decir, también sabía que inmutaría al momento en el cual el lo diría, pero fue aún mejor. Mi corazón empezó a latir fuera de lo normal, me encontraba con una enorme sonrisa, mis piernas temblaban. Pero había algo... algo que me detenía aún de ser completamente feliz; los orribles recuerdos del pasado.

—Justin no, no l... —me interrumpió de una manera diferente, una que me fascinaba; con un beso.

Separó nuestros labios y un poco agitado me dijo.

—Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz —acariciaba mi rostro de una manera de que estremecía.

Y poco a poco se acercó, yo por completo me dejé llevar y esa lentitud con la que acercaba nuestros labios me comía. No resistí más, lo tomé por su cuello y al fin nos uní en lo que mis labios habían ansiado, en lo que ambos queriamos, un beso de amor.

El aire nocturno, el esplendor de la fuente y la magnifica compañía que tenía, hacia que esta noche fuera inolvidable.

La mágia fluía y esta vez que dijo esas palabras, había sido igual que la primera, pero con más sentimiento y en diferentes ocasiones y momentos, que los hacian únicos para recordar. Ahora sabía que todo iba a salir bien.

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